Ven a disfrutar de un buena carne a la barbacoa
Come bien, come sano
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Los alimentos resultan más ligeros: al estar preparados a la parrilla, los alimentos tienen menos grasa ya que sólo se cocinan en su grasa natural, sin aceites, mantecas ni otros complementos calóricos añadidos. Además, la mayor parte de la grasa de la pieza se queda en el casette de la barbacoa.
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Su sabor se enfatiza: otra de las ventajas que tiene la brasa sobre otro tipo preparaciones es que contribuye a enfatizar el sabor natural tanto de las carnes como de las verduras o los pescados, descubriéndonos su verdadera naturaleza. A veces, las salsas o las preparaciones muy elaboradas enmascaran el verdadero sabor de un alimento. La parrilla trae de vuelta la autenticidad del sabor de cada pieza.
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Mantiene todos sus nutrientes: en ocasiones, las preparaciones largas y elaboradas tienen como consecuencia que los alimentos se dejen los nutrientes por el camino. En el caso de la carne y las verduras o pescado a la brasa, los nutrientes se mantienen intactos durante todo el proceso, de modo que es una preparación que se puede definir como más beneficiosa para el organismo.
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La jugosidad es mayor: al cocinarse a fuego lento, la carne mantiene mejor su terneza y jugosidad natural. Recuerda que no debes quemar nunca la carne cuando la hagas a la parrilla y que, en caso de que haya partes quemadas, es mejor desecharlas en aras de mantener la buena salud. Y si consumes verduras a la parrilla, sus antioxidantes y nutrientes ayudan a contrarrestar los efectos negativos que una carne demasiado hecha puede tener sobre el organismo.
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Apenas necesita condimento alguno: un poco de pimienta y un poco de sal basta para tener lista la carne, el pescado y la verdura a la brasa. La ausencia de salsas y condimentos elaborados y calóricos ayuda a que consumamos menos calorías que con otro tipo de preparación. Y además, al añadir verduras a la carne, estamos equilibrando el menú.