Nuestros hábitos alimenticios determinan en gran medida el funcionamiento de nuestro organismo. Una buena alimentación adaptada a nuestras necesidades nutricionales promueve la salud y previene las enfermedades. ¿Cómo influye la alimentación en nuestra calidad de vida?
El organismo necesita alimentarse para vivir. Los nutrientes que obtiene de los alimentos le permiten funcionar correctamente y hacer frente a las actividades diarias. Pero el papel de alimentación va mucho más allá: los recientes avances en nutrición de las últimas décadas nos han permitido determinar la importancia de una correcta alimentación a la hora de promover la salud física y mental, prevenir las enfermedades y, en general, mejorar nuestra calidad de vida.
Pero ¿qué es una correcta alimentación?
Una alimentación adecuada es la que nos proporciona los requerimientos del organismo, en cuanto a energía y nutrientes, para cubrir sus necesidades y para que pueda funcionar correctamente. No existe una dieta universal adecuada, sino que debe adaptarse a cada persona atendiendo a sus características personales y su estilo de vida: una dieta equilibrada no será la misma para una niño que para un adulto o una embarazada, ni para una persona que practica habitualmente deporte o para una persona sedentaria.
Sin embargo, el descubrimiento de los nutrientes y su función en el organismo sí que nos permite determinar aquellos alimentos que promueven de manera efectiva la salud y previenen las enfermedades. Y son éstos los que deben formar parte de la dieta de una población sana.
UNA DIETA EQUILIBRADA EN NUTRIENTES, LA CLAVE PARA LA SALUD
Los nutrientes son aquellas sustancias presentes en los alimentos que metaboliza el organismo para funcionar. Existen varios tipos de nutrientes y todos cumplen su función específica. Una alimentación equilibrada es la clave para mantener una buena salud.
– Las proteínas son las encargadas de la formación y la regeneración del tejido muscular. También fortalecen nuestras defensas frente a infecciones y agentes externos y son las encargadas de transportar otro tipo de nutrientes, como las grasas.
– Las grasas y los hidratos de carbono tienen la función principal de obtener la energía necesaria para que el organismo pueda realizar funciones vitales como el bombeo de la sangre, el funcionamiento pulmonar o el correcto mantenimiento de la temperatura corporal.
– Las vitaminas y los minerales regulan los procesos del organismo para que funcionen correctamente y se eviten posibles trastornos y enfermedades.
– La fibra promueve el buen funcionamiento de los sistemas de evacuación de residuos del organismo.
Recientemente, la Sociedad Española de Nutrición (SENC) ha elaborado una nueva pirámide de la alimentación saludable. Además de especificar la proporción y los tipos de alimentos que debemos consumir en una dieta equilibrada, como novedad se ha añadido una base de hábitos saludables como promotores fundamentales de la salud y la prevención de las enfermedades.
En su nueva Guía alimentaria para la población española, la SENC también apuesta por la variedad, el equilibrio y la moderación en la cantidad (raciones) como principios básicos para una alimentación saludable y el mantenimiento del peso corporal en niveles adecuados. Y apunta a la dieta mediterránea como un patrón alimentario que puede satisfacer estos requisitos. Del mismo modo remarca la importancia de dedicar tiempo tanto a la compra de los alimentos adecuados teniendo en cuenta el etiquetado, como a la actividad de comer tranquilos, en un horario regular, masticando adecuadamente y disfrutando en compañía.
En cualquier caso, siempre es recomendable consultar con un especialista en nutrición para conocer cómo sería nuestra dieta más adecuada según nuestras características personales y nuestro estilo de vida.
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